Al final estoy consiguiendo que me guste el vino, más o menos. El tema de tomarme una caña con los amigos siempre me ha gustado, de hecho la cerveza me gusta desde bien joven aunque nunca he sido de beber demasiado. De hecho, es rara la vez que me tomo una cerveza sin nada más, yo tengo que picar algo para que me entre bien a gusto la cervecita, y si es en verano y está muy fría mejor que mejor. Pero reconozcámoslo, la cerveza no es elegante, y tomarte una copa de vino queda muy “chic” en cualquier espacio, y las series de televisión lo demuestran.
¿Cuántos lectores de este blog han visto la serie “The Good Wife”? Una fantástica serie de televisión de trama política, jurídica y familiar, aunque no demasiado, que marcó la calidad de la televisión durante varios años, gracias a su producción, sus guiones y su magnífico reparto actoral. En ella, Alicia (Juliana Margulies) solía meterse en la cama con una copa de vino tinto en la mano, un bonito camisón o pijama elegante y un libro en la mano, a veces el mando a distancia, y la imagen que proyectaba al televidente era de señora elegante y cool que va a descansar, por fin, tras una larga jornada laboral.
¿Os imagináis a Alicia tomando un quinto en la cama con el mismo camisón y el libro? Me temo que no quedaría igual ¿verdad? Pues yo siempre he querido conseguir lo mismo, esa sensación de paz con mi copita de vino que, además, queda tan elegante y chic que puedes tomarla en prácticamente cualquier evento. Aunque no es que yo vaya a muchos la verdad.
Poco a poco conseguí que me gustara el vino espumoso, pero claro, no es lo mismo, y tampoco queda tan guay en la copa, aunque he de reconocer que mejor que la caña de cerveza es. Y después empezó a gustarme el vino blanco, bien fresquito, pero de ahí no he conseguido pasar.
Hace poco mi suegro quiso hacer unas chuletas de cordero al horno y les puso en el caldo casi media botella de Marina Alta, un vino de Bocopa que me encanta, y casi lo mato. En ese momento me sentí bastante intelectual, como cuando una persona no entendida en vinos le echa un Rivera del bueno al guiso de carne y luego otra persona, que sí ama el mundo vinícola, se lleva las manos a la cabeza. Obviamente no es lo mismo, pero me sentí igual. Al final acabé bebiéndome durante la comida, con mi suegra, el resto de la botella de Marina Alta, que me supo a poco porque solo tocamos a una copita por cabeza.
Pero el caso es que lo del vino tinto no es lo mío, y es el que más mola ¿no? Se supone que los mejores caldos, y los más famosos, son tintos, aunque yo no entiendo muy bien el motivo por el cual el blanco parece obligado a ser una bebida menos cool que el tinto. Es más, nuestros prejuicios, un tanto machistas, nos hacen pensar que el vino blanco es para mujeres mientras que el tinto fuerte es para hombres. Craso error ¿verdad? Como tantos otros en nuestra sociedad, pero ahí siguen estando, en pleno siglo XXI.
Ahora, el spin off de la galardonada serie política de Juliana Margulies que tiene como protagonista a otro de los personajes principales de esa serie, Diane Lockhart (Christine Baranski), “The Good Figth” se ha convertido en el azote político de Trump, y con razón, pero el tema de las copas de vino han quedado en un segundo plano, aunque de vez en cuando también podemos ver su aparición estelar en la mano de la abogada Lockhart y compañía.
En mi opinión, uno de los mejores spin off de los últimos tiempos.
La copa de vino en la pequeña pantalla
The Big Bang Theory
Esta serie, que por cierto ha visto su capítulo final recientemente, es una de esas comedias que no pasarán de moda, como ocurrió con “Friends” o hace más años aún con “Cheers”, aunque cabe reconocer que algunos de sus chistes sí han pasado ya de moda, y mejor que así sea.
En ella, la vecina simpática del grupo de intelectuales, Penny, se pasa de la cerveza americana a la clásica copita de vino para rematar la jornada. Y tenemos que dejar bien claro que esa manera de finalizar el día es solo comparable, en Estados Unidos, a tomar un baño rodeado de velas.
Homeland
Del mismo modo que hacía Alicia en “The Good Wife” y Penny en “The Big Bang Theory”, la prota de esta serie, Carrie Mathison, acostumbra a relajarse al final del día con una copa de vino tinto bien merecida después de lidiar con terroristas y conspiraciones.
Downtown Abbey
La serie inglesa elegante por antonomasia que sigue las vicisitudes de la familia Crownley cede un gran papel al vino, pues aparecía siempre ligado, a lo largo de la serie, a cierta exquisitez frente a otras bebidas más populares como la cerveza. ¿Veis como no cambian los estereotipos?
Mad Men
¿Quién podía imaginar que algo a priori tan soso como una agencia de publicidad podía dar tanto juego? Los que trabajaban para la neoyorquina Sterling Cooper & Partners se encargaron de demostrarnos lo equivocados que estábamos con esa idea y, desde 2007 hasta 2015, Mad men ganó quince premios Emmy y cuatro Globos de Oro.
Y, por supuesto, los personajes suelen aparecer en casi todos los episodios solazándose con el vino, aunque en ese sentido la atención recae sobre todo en Betty Draper (January Jones), la esposa del dueño de la agencia. Hasta tal punto tienen presencia los caldos (y otras bebidas alcohólicas) que ello constituyó el argumento de un capítulo de la sexta temporada, si bien ya había referencias anteriores.
Juego de Tronos
No podía faltar esta serie en mi lista, ¿verdad? Es la serie de toda una generación, más o menos, y la presencia del vino en ella es estelar pues aparece en gran parte de los episodios. De hecho, raro es el episodio en el que algún personaje no beba vino, bien de forma sibarita como Cersei, que parece la más aficionada, bien de manera más desatada y en contexto báquico, como su hermano Tyrion, o bien a modo ceremonial, en los ambientes cortesanos.
Sea como sea, tal y como llevo anticipando todo este post, el vino es una bebida elegante que aporta un toque sibarita y especial a la imagen de quien lo bebe, aunque sea en casa y en pijama, así que seguiré intentando que me guste. Tal vez, algún día, lo consiga.