Los frutos secos están de moda. Siempre lo han estado, a decir verdad. Son saludables, versátiles en la cocina, están muy ricos y siempre viene bien un puñadito para acompañar una cerveza. De todos los frutos secos que podemos encontrar, existe uno que ha recobrado popularidad en los últimos tiempos. Con una cascara que recuerda a un pico semi abierto, un fruto de color verde y un sabor tan singular como inigualable, el pistacho ha conseguido ganar terreno a la almendra, tipical spanish.
Un puñado al día de este saludable manjar, proporciona muy buenos beneficios para el organismo, permite descansar mejor, ayuda a disminuir el estrés y puede comerse al natural o como parte de una decoración o acompañamiento culinario. El rey de los frutos secos en el medio oriente, forma parte de la tradición culinaria de las culturas árabes, donde juega un papel fundamental, sobre todo en la repostería.
El árbol salvaje del pistacho lleva millones de años sobreviviendo en su medio natural, obsequiándonos con sus frutos para que formen parte de todo tipo de especialidades culinarias. Desde la tradición persa hasta la pasta siciliana rellena con la pasta oleosa que se elabora con ellos para rellenar. Este fruto seco, forma parte de la familia de los anacardos y nacen del árbol pistachero o alfóncigo que tan bien conocen en Viveros la Herriza productores de pistacho. Se trata de un árbol rustico perfectamente capaz de soportar heladas o temperaturas que pasen de los cuarenta grados, siempre que los cambios no sean bruscos. Sienten predilección por los climas secos y cálidos y como curiosidad, existen arboles machos y hembra sin los cuales no puede darse lugar a la producción del fruto.
En función de la variedad, es posible que sean necesarios hasta diez años para que el árbol pistachero nos proporcione sus primeros frutos, los cuales, se producen de forma bienal. La recolección se realiza entre finales de agosto y principios de octubre. Su sabor particular, se debe a ese toque terroso y especiado con ligero dulzor que ha hecho que en los últimos años, salados o sin salar, pasen de ser un simple tentempié a convertirse en un ingrediente de la más selecta gastronomía.
Origen del pistacho, beneficios del pistacho
El árbol pistachero tiene sus orígenes en Asia Central, concretamente Irán, Turquía y Afganistán, son los países a los que se atribuye su origen. Se cree que la primera vez que se cultivó, fue en Asia Menor hace más de cinco mil años y desde allí, se produjo su expansión a lo largo del mundo, empezando por la cuenca mediterránea y países como Grecia, Italia o España.
Los antiguos persas, consideraban a este fruto como un manjar por lo que lo cultivaron durante siglos, siendo quienes lo introdujeron en el Mediterráneo oriental, desde donde se extendieron por el resto de Europa, llegando hasta América del Norte. Actualmente, los principales productores de pistacho son Irán, Estados Unidos, Turquía, China y Siria, siendo los más consumidos los procedentes de Estados Unidos e Irán. En nuestro país, los agricultores dedicados a cultivar almendra, viendo la popularidad que cobra el pistacho, están cambiando sus cultivos por este último.
Desde sus orígenes, los pistachos han gozado de gran popularidad por aportar grandes beneficios al organismo. Sus propiedades lo han convertido en uno de los frutos secos más saludables y consumidos, puesto que se ha demostrado que un consumo regular puede reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas, diabetes y cáncer. Así mismo, ayuda a reducir el colesterol y mejorar la salud cardiovascular.
No hay que olvidar que se trata de un alimento con un alto poder calórico, sin embargo, se considera una excelente opción para ayudar en la pérdida de peso debido a su elevado contenido en fibra y proteína que ayuda a sentirse satisfecho durante más tiempo.
Como buena fuente de fibra, ayuda a promover una buena digestión y mantener una regularidad intestinal saludable. Son ricos en luteína y zeaxantina, antioxidantes relacionados con la mejora de la salud ocular y reduciendo la degeneración macular relacionada con la edad.
Entre sus múltiples beneficios, encontramos que contiene seiscientas veces más de melatonina que otros frutos secos, como por ejemplo, las nueces. Esta hormona es esencial para regular el sueño, por lo que los pistachos están más que recomendados para facilitar un sueño reparador.
Su alto contenido en magnesio hace que el pistacho se recomiende para reducir el estrés, pues regula el sistema muscular, mantiene regulado el pulso cardiaco y actúa sobre el sistema nervioso lo que hace que regule los niveles de estrés y ansiedad.
Son muy saludables para mantener una buena salud cardiovascular. Los niveles de azúcar en sangre disminuyen ante el consumo de pistacho, constituyendo un factor protector de la salud del corazón. Se añade a la menor inflamación sistémica y un mejor perfil de lipoproteína que ayudan a transportar las grasas y evitar que se acumule el colesterol. Esto disminuye el riesgo de padecer enfermedades que afecten al corazón.
Algunos contras del pistacho y formas de degustarlo
A pesar de tratarse de uno de los frutos secos que mayores beneficios aporta a nuestro organismo, los pistachos cuentan con algunos inconvenientes que hay que valorar. Por ejemplo, la posibilidad de sufrir alergia a este u otros frutos secos. Este grupo de alimentos, es una de las principales causas de alergias alimentarias. Dentro de este grupo es fácil encontrarse con una reactividad cruzada que provoque que la alergia a un fruto seco en particular, ocasione sensibilización a otro.
También hay que tener en cuenta su aporte calórico que para nada es insignificante. Al contrario, como sucede con todos los frutos secos, cuentan con un aporte calórico muy elevado que ronda las seiscientas calorías por cada cien gramos. Razón por la que hay que trata de consumirlos de forma moderada. Teniendo en cuenta que la media de calorías necesarias del organismo oscila entre las mil quinientas y dos mil, un consumo excesivo de frutos secos puede hacer que superemos fácilmente las necesidades calóricas diarias. Esto conlleva un incremento de peso y tejido adiposo, por lo que para disfrutar de un saludable consumo de pistachos, hay que hacerlo de forma moderada y no pasar de los diez a treinta gramos, el equivalente a quince o veinte pistachos.
En la concina, el pistacho siempre encuentra un camino para ser degustado. Natural o salado, con chocolate, cítricos, azafrán o miel… envidiable resulta la versatilidad de este fruto seco. No solo es capaz de adaptarse a todo tipo de recetas, también hace que lo ordinario se convierta en sublime, como por ejemplo podemos comprobar con un helado de pistacho. El recetario persa lo incluye en su recetario más tradicional y nos ofrece recetas en las que podemos encontrar el pistacho tostado con azafrán y limón, el pesteh-ye shoor, decorando la baklava o incluido en el suave pudin de arroz.
Si la antigua Persia nos resulta lejana y arcaica, podemos quedarnos más cerca para disfrutar de este manjar en sus diversas presentaciones. Italia cuenta con el pistacho como ingrediente estrella en numerosas especialidades reposteras o como relleno de pasta.
Como buen fruto seco, puede utilizarse del mismo modo que almendras, avellanas, nueces o anacardos. Esto lo convierte en el aliado ideal para elaborar tartas, bizcochos, brownies o todo tipo de pasteles y pastas. Versátil a más no poder, en lo salado resulta igual de espectacular. Puede combinarse con pasta, arroces, ensaladas, como snack y, por supuesto, acompañando recetas de carne y pollo con los que combina tan bien como las almendras.
Sin embargo, no marida tan bien con el pescado, salvo excepciones como el salmón. Aunque en general, es el compañero perfecto de una infinidad de recetas.
Poco más podemos añadir sobre este exquisito manjar, salvo añadir recetas en las que incluirlo. Sobre sus bondades, como ya hemos comentado, solo podemos añadir que se trata de un fruto seco que cuenta con numerosos beneficios para el organismo y que consumido de la forma adecuada y sin exceso, puede ayudar a mantener el peso e incluso reducirlo debido a su alto poder saciante.
Sobre las diferentes recetas en las que se puede incluir podemos destacar prácticamente toda la repostería de origen árabe o musulmán, el bizcocho de pistachos y nata; el bizcocho de nueces y pistacho; bizcocho de zanahoria y pistacho en sus versiones más dulces y de fácil elaboración. Del lado salado, amorelli con salsa de calabaza, pistachos y queso azul; tallarines con queso de Burgos y pesto de espinacas y pistacho; redondo frio de pollo; pechuga de pollo con setas shiitake, pistachos y cerveza; carpaccio de ternera con pesto de pistachos; higos al balsámico con queso de cabra y pistachos; ensalada griega de espinacas, queso de cabra, naranja y pistachos; tarta fina de cebolleta caramelizada y queso de cabra, etc.
Como este listado deja ver, el pistacho combina a la perfección con todo tipo de alimentos y puede utilizarse en todo tipo de preparaciones. Se trata de un alimento con personalidad propia que puede consumirse solo o con la mejor de las compañías.